30 octubre, 2020

El Equipo dirigido por la Dra. Gema Esteban (coordinadora del Grupo de Trabajo de SAMFyC Genética Clínica y Enfermedades raras) ha puesto en marcha el 1er ensayo Clínico de Eficacia sobre una enfermedad rara “el síndrome de Wolfram”

El equipo de investigación liderado por la doctora Gema Esteban Bueno del Distrito Sanitario Almería y responsable de Grupo de trabajo de SAMFyC Genética Clínica y Enfermedades Raras, coordina un Equipo multidisciplinar con profesionales de Distrito Almería, Hospital La Inmaculada de Huércal-Overa, Hospital Torrecárdenas, Universidad de Almería, Clínica radiológica-CTM de Almería e incluso profesionales de otras regiones como son los pertenecientes al CIB-CSIC (Madrid), Servicio Murciano de Salud y Servicio Vasco de Salud.

Se trata de un ensayo clínico multidisciplinar europeo con el fin de mejorar la vida de los enfermos del síndrome de Wolfram, una enfermedad rara de origen genético que se caracteriza por la existencia de las cuatro entidades clínicas que componen su acrónimo DIDMOAD: Diabetes Insípida, Diabetes Mellitus, Atrofia Óptica y  sordera (Deaffness en inglés). Este proyecto ha comenzado a recibir pacientes el 13 de octubre de 2020 iniciándose la entrega de tratamiento.

Prevenir y retrasar la enfermedad

Esta importante colaboración se ha propiciado gracias a la iniciativa de la doctora Gema Esteban Bueno (Distrito Sanitario Almería), coordinadora del equipo multidisciplinar del síndrome de Wolfram en España con profesionales muy implicados y motivados para mejorar la calidad de vida de los pacientes con síndrome de Wolfram y que pertenecen a Distrito Almería, Hospital La Inmaculada de Huércal-Overa, Hospital Torrecárdenas, Universidad de Almería e incluso, profesionales de otras regiones como son los pertenecientes al CIB-CSIC (Madrid), Servicio Murciano de Salud y Servicio Vasco de Salud. Desde 2011 este equipo valora en Almería a pacientes de todo el territorio español y de Portugal. Los profesionales de este equipo son conscientes de que al aportar su granito de arena en esta enfermedad sin lugar servirá para aportar luz en el diagnóstico y tratamiento del Síndrome de Wolfram y así mejorar la vida de los pacientes. Por otro lado, el avance en una enfermedad propicia los avances en otras enfermedades.

Este Equipo además ha escrito la primera guía de práctica Clínica del Wolfram avalada por la SAMFyC, la Consejería de Salud de Andalucía y estará disponible en formato online a finales del mes de octubre de 2020.

La doctora Esteban preside la Asociación Española para la Investigación y Ayuda al Síndrome de Wolfram que fundó en 1999, donde hay profesionales del ámbito de la psicología y del trabajo social que también colaboran en el ensayo. Gema Esteban ha dado a conocer que el ensayo clínico, dirigido por el doctor Timothy Barrett, de la Universidad de Birmingham, “se basa en desarrollar un tratamiento que prevenga o retrase el progreso del síndrome de Wolfram ya que, actualmente, no existe un tratamiento farmacológico curativo”.

Esteban Bueno añade que “lo que se quiere ver es si se ralentiza la neurodegeneración del síndrome y por ello, uno de los parámetros que se evaluarán en este ensayo clínico es el volumen cerebral. Ha sido muy difícil arrancar este ensayo y hacerlo en Almería-Andalucía. Hemos contado con el apoyo del Comité de ética de Almería, la Agencia Española del Medicamento, la Fundación Progreso y salud y además disponemos de un grupo de profesionales altamente cualificados de la Sanidad Publica, la Universidad e incluso la participación de una clínica almeriense a la vanguardia tecnológica como es CTM dado que se requiere la realización de la prueba diagnóstica de alta calidad del sistema nervioso central mediante una resonancia magnética 3T que, “es una herramienta con la que no contamos en la sanidad pública”.

El equipo de investigación de la Universidad de Birmingham que, desde 1999 colabora con la doctora Gema Esteban, desarrolló un modelo celular del síndrome de Wolfram con objeto de hallar medicamentos que pudieran tratar la enfermedad, siendo uno de éstos el ácido valproico, que reduce la muerte celular en el modelo celular con síndrome de Wolfram.

Este será el primer ensayo clínico de eficacia en el síndrome de Wolfram a nivel mundial. Es un ensayo aleatorio y controlado del síndrome de Wolfram, cuyo objetivo es demostrar la seguridad del ácido valproico y la efectividad en personas con síndrome de Wolfram y tendrá una duración de 36 meses. Se realizará una monitorización exhaustiva de cualquier efecto adverso, mediante mediciones meticulosas de la visión, volumen cerebral y otros aspectos. Constará de una muestra de 70 niños y adultos con síndrome de Wolfram procedentes de 5 centros ubicados en distintas ciudades europeas: Birmingham, Almería, París, Montpellier y Lodz.

Una enfermedad rara y complicada

El síndrome de Wolfram es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que se inicia en la infancia. La presencia en la edad infanto-juvenil de problemas de visión derivadas de la degeneración del nervio óptico (atrofia óptica) que asociado a la diabetes mellitus insulino dependiente es criterio clínico para el diagnóstico de este síndrome. La primera manifestación suele ser la diabetes mellitus que ocurre generalmente antes del final de la primera década de vida (a una edad media de 6 años), suele seguirse a la atrofia del nervio óptico que ocurre en la segunda década (alrededor de 11 años) y que inicialmente, se manifiesta como una disminución de agudeza visual y dificultad para ver los colores e irá progresando a ceguera.

En la segunda década también comienza a aparecer la hipoacusia neurosensorial (alrededor de 16 años) inicialmente sólo se verán afectadas las altas frecuencias e irá evolucionado, y la diabetes insípida central (alrededor de los 14 años). Otras alteraciones a destacar son las anomalías del tracto urinario que aparecen en el tercera década (alrededor de 20 años), las complicaciones neurológicas alrededor de la cuarta década de vida (alrededor de 35 años), hipogonadismo en varones y a lo largo de la evolución del síndrome se presentan distintos problemas de salud mental (trastornos adaptativos, depresión grave, psicosis y agresividad, sobre todo en los pacientes homocigotos para la enfermedad).

Un estudio que da esperanza de vida

El diagnóstico de este síndrome tiene una importante repercusión en la esfera psicosocial del afectado (poseen un nivel cognitivo sin afectación) y su familia  dado  que su carácter progresivo conlleva un mal pronóstico y reduce la esperanza de vida. La edad de fallecimiento descrita es entorno a los 35 años, sin embargo la doctora Gema Esteban nos indica que “gracias al adecuado control que actualmente se realiza a los afectados con este síndrome la esperanza de vida está en aumento”.

Ahora, con las investigaciones y los avances tecnológicos los pacientes de enfermedades raras como ésta contemplan un futuro diferente para el tratamiento de la enfermedad.

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