17 febrero, 2012

La incertidumbre económica que provoca el desempleo, especialmente si es de larga duración, junto a las elevadas cifras de personas sin empleo, ha multiplicado las consultas por trastornos de ansiedad, depresión y estrés, asociados a la situación personal, familiar y social que desencadena no tener trabajo, la consiguiente merma de poder adquisitivo y la insolvencia económica consecuente.

Para Antonio José Madueño (UGC La Laguna, Cádiz), coordinador del Grupo de Trabajo SAMFyC de Salud Mental y miembro del de semFYC, “como consecuencia de la crisis económica es más común que acudan a las consultas de los médicos de familia personas en paro que presentan trastornos mentales, ya que su situación les hace más sensibles y vulnerables a las circunstancias de su entorno”. Madueño, que imparte un taller formativo sobre Psicofarmacología Aplicada en Atención Primaria en las Jornadas de Actualización de Medicina de Familia celebradas en Granada, aunque esta mayor demanda no se debe sólo a esta preocupante situación económica, si es cierto que contribuye notablemente.

Las alteraciones afectivas, la ansiedad, la depresión, así como los trastornos adaptativos son los principales motivos de prescripción de psicofármacos en la consulta del médico de familia. Madueño subraya que el perfil del paciente al que se prescribe con más frecuencia coincide con el que a su vez los demanda, una persona de mediana edad, tanto hombre como mujer, y de cualquier condición sociocultural. El tratamiento farmacológico, en caso de que se prescriba, siempre debe ir acompañado de psicoterapia de apoyo. Es decir, hay que ofrecer al paciente un espacio de escucha en el que pueda exponer confidencialmente sus problemas y en el que se le oriente acerca de cómo poder afrontarlos”.

Los médicos de familia juegan un papel clave en la detección y manejo de todos los trastornos mentales, incluyendo a pacientes con alteraciones de carácter psicótico. “Casos en los que debemos implicarnos tanto en la detección como en la derivación precoz, y en colaboración con las unidades de salud mental comunitarias”.

Uso de psicofármacos Los ansiolíticos, y más en concreto las benzodiacepinas, son los psicofármacos másprescritos por el médico de familia. En este sentido, en general su utilización es adecuada a corto plazo, mientras que pocas veces está justificado su consumo de forma más constante, como ha pasado en los últimos años.

Antonio Madueño aclara que “cuando se toman de manera prolongada no siempre resulta fácil retirarlos debido a la dependencia que generan. Los antidepresivos, en cambio, no producen esa adicción pero sí pueden provocar un síndrome de abstinencia si se dejan de tomar de repente. Por eso se debe hacer de manera paulatina. No obstante, no parece existir un consumo abusivo de antidepresivos sin prescripción médica; más bien al contrario: muchas veces detectamos un problema de cumplimiento con abandonos por parte de los pacientes antes de lo que se considera adecuado para evitar recaídas”.

Es más fácil que se sufra un problema de abuso con las benzodiacepinas. Si su toma es frecuente pueden generar dependencia y síntomas de abstinencia al retirarlas, por lo que se recomienda su uso a corto plazo (4-8 semanas) y su retirada gradual.º

Las Jornadas de Actualización que la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) organiza desde hace más de una década con la colaboración del Instituto de Formación Novartis han comenzado su edición 2012 en Granada, con la participación de cerca de 300 profesionales de toda España.

 

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