28 mayo, 2018

En España al menos uno de cada cuatro consultas que recibe un Médico de Familia se debe a algún problema de índole psicológica o psiquiátrica, siendo la depresión y la ansiedad, que en muchas ocasiones coexisten en la misma persona, los más frecuentes y relevantes.

Por otro lado, asistimos a un incesante incremento de demandas, no necesariamente psicopatológicas, que tienen que ver con sentimientos de infelicidad, tristeza, o malestar emocional y otras veces con sentimientos de impotencia frustración o ira, relacionados con acontecimientos adversos, situaciones vitales estresantes o dificultades de la vida cotidiana.

Así pues, el sufrimiento y el dolor, que son inherentes a la condición humana, ya no son entendidos por la población como naturales o adaptativos, sino vividos como patológicos o al menos se considera que deben ser abordados y tratados por un profesional.

Es por ello que el abordaje de los problemas de salud mental y la demanda que de ellos nos hace la población es uno de los desafíos más importantes que nos encontramos los profesionales de Atención Primaria.

Pero, por complejo que resulte, si algo caracteriza a nuestra especialidad es un espíritu positivo y nunca retroceder ante estos retos sino más bien hacerles frente con autoexigencia y preparación.

En el año 2011 un grupo de facultativos de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental del Hospital Regional de Málaga y del Distrito Sanitario Málaga Guadalhorce, mientras trabajaban en la elaboración de la Guía de Práctica Clínica para el tratamiento de la depresión en Atención Primaria, detectaron la necesidad de disponer de un material de autoayuda complementario que sirviera a los profesionales para proporcionar al paciente información sobre su problema, pues se sabe que el reconocimiento de los síntomas de la enfermedad mental alivia al que los padece a la vez que ayuda a su implicación activa en el proceso de recuperación.

Es por ello que se elaboran las Guías de Autoayuda para la Depresión y los Trastornos de Ansiedad.

Basadas muchas de ellas en la mejora de los estilos de vida y en el modelo cognitivo-conductual, que define que los pensamientos determinan lo que se siente (emociones) y lo que se hace (conducta observable), proporcionan al paciente herramientas que le permiten sustituir hábitos nocivos para la salud física y mental por otros más saludables, y pensamientos automáticos negativos o creencias erróneas, por otros alternativos más adaptativos.

Desde que iniciamos su manejo en las consultas de Atención Primaria hemos podido constatar que resultan útiles, no sólo a personas con trastornos ansiosos y/o depresivos, sino también a aquellas personas que sientan malestar psíquico de cualquier índole, deseen mejorar ciertas habilidades de su vida diaria, o como recurso para maduración emocional y crecimiento personal. Y puesto que se persigue el refuerzo de habilidades y actitudes frente a diversas situaciones puede hacer al sujeto hasta cierto punto “inmune” frente a futuras recaídas.

También son esenciales para los familiares a los que ayuda a entender cómo afecta la depresión y/o ansiedad a sus seres queridos y les habilita para ayudarles de la forma más óptima y eficaz.

Escritas en un lenguaje claro, sencillo y sin tecnicismos, suponen una alternativa no medicalizadora para muchos de nuestros pacientes, por lo que invitamos a todos los miembros de nuestra Sociedad a incorporarlas a su práctica clínica habitual.

Es el motivo por el que nos hemos decidido a incluirlas en la página web de nuestra Sociedad para que estén a disposición de todos nuestros socios a fin de que puedan manejarlas, descargarlas y trabajar con ellas con sus pacientes, de la misma forma que están disponibles en las páginas web del SAS y del Ministerio de Sanidad.

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