30 marzo, 2020

Cumplimos dos semanas de estado de alarma y muchas son las cosas que han cambiado en la vida personal, social y laboral de todas las personas. Ante esta grave alarma sanitaria, los médicos de familia andaluces seguimos afirmando nuestro compromiso con los ciudadanos yendo a trabajar todos los días con igual o mayor motivación y rigor científico que antes. En este momento de la crisis sanitaria, y ante diferentes noticias que pudiera crear confusión sobre el papel de la Atención Primaria y de los Médicos/as de Familia ante la epidemia causada por el coronavirus, queremos hacernos eco de los comunicados emitidos desde semFYC en contra del cierre de centros de salud y a favor de la disponibilidad del suficiente material de protección para llevar a cabo la actividad clínica.

Los médicos de familia andaluces hemos seguido trabajando en equipo en los centros de salud mostrando una adecuada capacidad de adaptación a una nueva forma de trabajar. Hemos potenciado la atención telefónica, no solo para la renovación de tratamientos, la atención de patologías banales o el seguimiento de los casos posibles o confirmados de infección por el Covid-19. Se ha hecho uso del teléfono para valorar de forma programada a las personas de grupos vulnerables a la infección, trabajando para minimizar el impacto de la situación actual entre nuestros pacientes de riesgo, valorando su situación psicológica, familiar y social. También somos los médicos de familia quienes llamamos y seguimos a los pacientes valorados en urgencias y dados de alta en el hospital. ¿Quién mejor que el médico de familia, quien conoce a sus pacientes y ellos le conocen, para aconsejar por teléfono de manera personalizada? Otra actividad que se incrementa son los avisos a domicilio, necesarios para evaluar al paciente en su entorno, reforzar el aislamiento domiciliario y evitar traslados innecesarios al hospital.

Todos los médicos tenemos nuestra labor en esta crisis, más es preciso subrayar que la tarea de los médicos de familia es fundamental. La mayoría de infectados estarán asintomáticos o con sintomatología no grave, pero todos son vectores para nuevas infecciones, prolongando así la pandemia en Andalucía. La única forma de que no lleguen más pacientes a los servicios de urgencias, medicina interna o UCI de los hospitales es que los médicos de familia potencien las actividades preventivas y de promoción de la salud entre la población, junto al cuidado y seguimiento de los casos menos graves. Es más, es tan importante controlar al individuo enfermo como a sus familiares y convivientes cercanos, reforzando en cada contacto personal o telefónico la importancia de las medidas higiénicas, de limpieza y de autoaislamiento dado que son  las únicas medidas que pueden frenar la progresión del contagio. Esto no puede realizarse en ningún otro ámbito sanitario, somos lo médicos de familia quienes lo hacemos y debemos seguir haciéndolo. Por ello, cerrar centros de salud no es una solución al problema actual. Los hospitales necesitan sus recursos, Atención Primaria también: todos necesitamos material de protección de forma urgente así como una adecuada dotación humana y de material. Muchas voces autorizadas indican la necesidad de realizar test de detección de forma masiva a todos las personas con síntomas: el lugar idóneo para su realización es Atención Primaria, lugar estratégico si se quieren frenar los contagios mediante el estudio de casos y convivientes.

Hay que terminar agradeciendo el compromiso de la sociedad andaluza por su ejemplar uso del autocuidado y el uso responsable de los recursos sanitarios. Este compromiso colectivo nos permitirá, al igual que los aplausos diarios a las ocho de la tarde, continuar trabajando en favor de los más perjudicados por esta pandemia.

 

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