1 enero, 2011

Carmen Pilar Jiménez Lorente

Coordinadora Grupo de Trabajo de Alimentación y Ejercicio Físico de SAMFyC

 

Llevamos bastante tiempo siendo testigos de importantes cambios en los estilos de vida, los patrones de edad y los requisitos nutricionales medios en nuestra sociedad. Disponemos, también, de suficiente evidencia para saber que la alimentación inadecuada y la falta de ejercicio físico son dos de los factores más determinantes para que nuestros pacientes presenten numerosos factores de riesgo y sus enfermedades relacionadas, como obesidad, hipertensión arterial, dislipemia, diabetes  tipo2, enfermedades cardiovasculares y algunos canceres. Esta evidencia, además, no es reciente. Ya en el Informe para la Salud (2002), se establece que el 47% de la morbilidad y el 60% de la mortalidad mundial se deben a enfermedades crónicas  no transmisibles y se prevé un aumento para el año 2020.

Esta pandemia mundial es evitable. Los factores determinantes asociados son susceptibles de ser reducidos o evitados a través de estrategias de promoción de hábitos saludables que incidan, entre otras en la alimentación y el ejercicio físico. Así lo corroboran las evidencias disponibles. La promoción de la salud es una buena estrategia para frenar y, a más largo plazo, invertir esta situación.

La ganancia en salud aportada por programas de intervención que incorporen herramientas para adquirir y mantener hábitos de vida saludables, suponen un coste mucho más eficiente que el tratamiento médico de cualquiera de los grupos de alto riesgo y de las enfermedades asociadas. La mayoría de estos programas de intervención se traducen en efectos positivos sobre la morbilidad y mortalidad gracias a la reducción de factores de riesgo cardiovascular y de determinados tipos de cáncer.

No existen dudas de la relación causal entre los factores determinantes -fundamentalmente la alimentación inadecuada y la inactividad física- y determinadas enfermedades crónicas y tampoco existen dudas de la relación entre un estilo de vida saludable y la reducción de la morbimortalidad así como la eficacia del consejo dietético y ejercicio físico, realizada por los médicos de familia y otros profesionales sanitarios. También, los recientes estudios PREDIMED, ATTICA, EPIC demuestran beneficios en salud obtenidos con la adherencia a la dieta mediterránea y a la realización de ejercicio físico adecuado a la edad y a la condición física de cada persona.

Combatir la obesidad y promocionar estilos de vida saludable en la alimentación y el ejercicio físico constituyen una prioridad absoluta a nivel mundial (Estrategia mundial sobre régimen alimentario, actividad física y salud, OMS, 2002), europea (Estrategia europea sobre problemas  de salud relacionadas con la alimentación, el sobrepeso y al obesidad), nacional (Estrategia NAOS) y andaluza (Plan para la promoción de la actividad física y la alimentación equilibrada y Plan de Obesidad Infantil).

Los médicos de familia -junto al resto de profesionales de atención primaria- constituimos un   eslabón clave para mejorar la salud de nuestros pacientes y reducir su exposición a factores de riesgo cardiovascular y de determinados tipos de cáncer. Y disponemos de una herramienta sencilla y útil, que ha demostrado sobradamente su eficacia: el consejo dietético y de ejercicio físico.

Los médicos de familia damos continuamente consejos individualizados sobre alimentación y ejercicio físico a nuestros pacientes y a sus allegados y familiares. Muchas veces, lo hacemos de forma breve. Otras, a largo de sucesivas visitas. En otras ocasiones, formamos grupos. Nuestros pacientes perciben en nosotros, sus médicos de familia, formación y experiencia e incorporan con mayor facilidad los consejos que les transmitimos.

La educación y el consejo del paciente es una responsabilidad que compartimos también con los enfermeros comunitarios y el resto de profesionales y trabajadores de los centros de salud y de los dispositivos (DCCU) y servicios (SCCU) de cuidados críticos y urgencias. No hay que olvidar que una conducta de grupo facilita la educación del paciente. El recepcionista del centro también podrá animar a los pacientes a que consulten aquellos materiales divulgativos que -tras ser revisados por el médico de familia- han sido ubicados en el área de recepción. Todos los integrantes del equipo miembros -así como el ambiente del centro de salud-  podemos comunicar  mensajes de salud positivos y consistentes.

No puede ponerse en duda el papel clave que jugamos los médicos de familia en los hábitos de alimentación y de ejercicio físico de nuestros pacientes. En el transcurso del pasado 20º Congreso de SAMFyC (Torremolinos, Málaga), los integrantes del hasta entonces denominado “Grupo de Trabajo de Nutrición”, decidimos que debíamos adaptar nuestra denominación para ajustarla más a nuestra propia competencia profesional en esta materia. El anterior grupo se ha transformado en el nuevo grupo de Alimentación y Ejercicio Físico. Este cambio de denominación es un reflejo del compromiso de este renovado grupo para «constituirse en el referente clave, en el seno del Sistema Sanitario Público de Andalucía, en el desarrollo de estrategias que incidan en la mejora de la salud de nuestros pacientes y reducir su exposición a factores de riesgo cardiovascular y de determinados tipos de cáncer, a través de programas de intervención y, especialmente, mediante el consejo dietético y de ejercicio físico», según ha explicado su coordinadora, Carmen Pilar Jiménez Lorente a Samfyc Info-e.

Uno de los objetivos prioritarios de nuestro Grupo de Trabajo será dar apoyo a nuestros compañeros mediante la elaboración de materiales divulgativos -útiles y fáciles de utilizar en nuestra consultas- que nos ayuden en este empeño. Esta ha sido una de las conclusiones de la reunión celebrada el pasado 28 de enero por este Grupo de Trabajo en la sede de SAMFyC (Granada). Organizativamente, el grupo pretende reforzarse incorporando nuevos miembros para que colaboren con las principales actividades en las que están trabajando: desarrollar líneas de investigación propias; puesta en marcha de un taller de iniciación en alimentación y ejercicio físico; realizar una actualización periódica sobre artículos, estudios y actividades formativas de interés en esta materia; así como impartir talleres especializados en congresos y  jornadas, así como a través de las unidades docentes de medicina de Familia o de formación continuada de la red asistencial del SAS.

¡Estamos abiertos a vuestras sugerencias y colaboraciones!

Los comentarios están cerrados.