4 septiembre, 2020

Reunión de la Junta Permanente de SAMFyC con la Dirección Gerencia del Servicio Andaluz de Salud: MEDICINA DE FAMILIA EN POSITIVO

El 3 de septiembre de 2020 se celebró una reunión en la sede del Servicio Andaluz, contando con la presencia de miembros de la junta permanente de SAMFyC y del Dr. Miguel Ángel Guzmán, director gerente del SAS; la Dra. Rosario García Jiménez, coordinadora de la Dirección Gerencia del SAS; y la Dra. Inmaculada Mesa, de la Subdirección de Asistencia Sanitaria.

El único punto a tratar ha sido la necesidad de informar a la ciudadanía EN POSITIVO sobre la actuación de los médicos de familia y el personal de Atención Primaria desde el inicio de las medidas sanitarias por la pandemia de SARS-CoV-2, resaltando su papel como únicos rastreadores en el seguimiento de pacientes infectados y sus contactos, y la dificultad en realizar la tarea debido a la falta de material de protección y  de pruebas diagnósticas. De igual forma, desde SAMFyC se ha pedido que se informe a la ciudadanía EN POSITIVO sobre el nuevo modelo de atención sanitaria: la utilidad y accesibilidad del primer contacto telefónico, los motivos para la demanda presencial, la necesaria atención a los pacientes con enfermedades crónicas, y todo ello con la sobrecarga de realizar el diagnóstico y seguimiento de pacientes con sospecha o casos confirmados de infección por COVID-19 y sus contactos, junto a los problemas de los pacientes pendientes de valoración hospitalaria que aún esperan una cita.

Los centros de salud no se han cerrado en ningún momento. Se ha cambiado la forma de atención a la población, primando el contacto telefónico para evitar contagios, pero se ha continuado con la atención presencial tanto en los centros de salud como en los domicilios. Este cambio ha sido difícil no sólo para los pacientes: los médicos de familia tenemos que trabajar con mayor incertidumbre y mayor presión asistencial. El descanso de profesionales durante el verano y la prácticamente inexistente contratación de médicos de familia han hecho que se incremente la demora en la atención a los pacientes (igual que ocurre con las citas del hospital). La solución para evitar la espera de los usuarios no es acortar el tiempo de las consultas telefónicas ni presenciales, sino cambiar la forma de gestionar la demanda y apelar al autocuidado y la responsabilidad de la población.

Respecto al cambio de gestión de la demanda, el médico de familia no puede continuar siendo el profesional por el que pasan todas las demandas: cita con el odontólogo, heridas para curar, entrega de documentación, petición de analíticas de control… Se deben desarrollar plenamente las competencias de todos los profesionales de los centros de salud para que exista un reparto equitativo de las tareas. El trabajo en equipo con enfermería es prioritario, así como el cambio de orientación de Salud Responde, que precisa dejar de dar citas para priorizar la atención sobre los pacientes con criterios clínicos y facilitar una mayor información a la ciudadanía. Es también vital una mejora de los servicios de urgencias, con mejor coordinación de los servicios hospitalarios y extrahospitalarios con la Atención Primaria.

Sobre los ciudadanos que demandan atención médica, entendemos que están notando sobremanera la pérdida de la función social del centro de salud y el intercambio humano al que estaban acostumbrados. Las respuestas airadas o los malos modos no sirven para que el médico de familia pueda trabajar mejor, al contrario, merman la motivación y empeoran la relación necesaria para solucionar los problemas. La población debe ser informada sobre cómo se accede a la atención médica, y conocer que todas las medidas que se están realizando están acordes a los planes del Servicio Andaluz de Salud. La accesibilidad a su médico de familia permanece intacta, aunque no ocurre igual con la inmediatez en la atención, que depende de los mermados recursos humanos de los que dispone cada centro de salud. La demora en la atención que existe actualmente no depende en exclusiva del trabajo del médico de familia, con una alta sobrecarga durante los últimos meses, sino de la falta crónica de recursos en Atención Primaria. Entendemos que no se puede mejorar esta demora restando tiempo al médico de familia para atender una consulta, sea presencial o telefónica, sino que debe contemplarse desde una perspectiva mucho más amplia que permita un trabajo finalista en las consultas. Para ello se precisa diferenciar las zonas donde el trabajo es mayor por la carga de enfermedad: zonas rurales o aisladas, en riesgo social, con residencias, etc.

Puede ser que los médicos de familia estemos exhaustos tras unos muy difíciles meses de incertidumbres y exceso de trabajo, pero seguimos dispuestos a desarrollar una buena praxis siempre que nuestros gestores nos ayuden a mejorar la gestión de la demanda y la población asuma plenamente sus derechos y deberes frente al Sistema Sanitario Público Andaluz. Estaremos pendientes del nuevo plan estratégico para la Atención Primaria, en el que se nos ha asegurado se han incluido propuestas realizadas por SAMFyC para la nueva normalidad 

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