24 abril, 2020

Mientras los focos de la atención pública se centraban en otros ámbitos sanitarios, los médicos de familia han estado poniendo en riesgo su salud por continuar ofreciendo una atención sanitaria accesible y continuada. Ser médico de familia es una de las profesiones de mayor riesgo para contagiarse por el coronavirus, de hecho son numerosos los compañeros que han contraído la enfermedad y lamentamos profundamente la muerte de algunos de ellos, así como la del resto de profesionales sanitarios. Por ellos, el crespón negro estará en el logo de SAMFyC durante el tiempo que nos reste de pandemia.

Atención Primaria ha sido el nivel asistencial donde los medios de protección han llegado más tarde y en menor cantidad. Una actividad tan básica como la atención domiciliaria ha quedado fuera de las situaciones de riesgo. Las pruebas para detectar el Covid-19 aún llegan con cuentagotas a los profesionales, mes y medio tras comenzar el estado de alarma. Y así otras tantas situaciones que dejan al médico de familia en una difícil situación de vulnerabilidad. Porque los médicos de familia no se esconden detrás de un teléfono, sino que, literalmente, mueren por continuar atendiendo a sus pacientes.

Vaya nuestro más sincero recuerdo por nuestros compañeros y compañeras fallecidas, y nuestro sentimiento a sus familias.

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