La contratación de Médicos sin nuestra especialidad: no todo vale
Pardo Álvarez J, Presidente SAMFyC, en representación de Junta Directiva SAMFyC
En los últimos meses, asistimos con creciente preocupación a una deriva que amenaza gravemente los cimientos de la Atención Primaria en Andalucía: la contratación sistemática de médicos sin especialidad (R0) y de médicos extracomunitarios que no cuentan con el título homologado de especialista en Medicina Familiar y Comunitaria (MFyC). Esta situación no es nueva, pero se está convirtiendo en una práctica habitual, impulsada por una lógica de emergencia que ignora el impacto a medio y largo plazo de tales decisiones sobre la calidad asistencial, la seguridad de los pacientes y la sostenibilidad del sistema.
La contratación de profesionales sin la formación acreditada en MFyC vulnera lo establecido en el Real Decreto 931/1995 y en la Directiva Europea 86/457, que exigen la especialización para ejercer como médico de familia. No se trata de un formalismo administrativo, sino de la garantía fundamental de rigor científico, calidad asistencial y seguridad clínica que merecen nuestros pacientes.
Desde la Junta Directiva de la Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria (SAMFyC), queremos manifestar con firmeza nuestra oposición a esta política de contratación y subrayar la necesidad urgente de defender el valor irrenunciable de la especialización en MFyC. La Atención Primaria no puede seguir siendo tratada como un espacio “de paso”, donde cualquiera puede ejercer sin formación específica, mientras se exige excelencia, capacidad resolutiva y liderazgo clínico.
La Medicina Familiar y Comunitaria es una especialidad médica con formación reglada y reconocida en todo el Espacio Europeo de Educación Superior. No se trata simplemente de “saber un poco de todo”, como aún se escucha con desdén en algunos discursos, sino de contar con una visión integral del paciente, una capacidad diagnóstica y terapéutica basada en la continuidad, la gestión clínica eficiente de múltiples problemas de salud y una profunda capacidad de comunicación y toma de decisiones compartidas. El médico de familia se forma para entender a la persona más allá de su enfermedad, con competencias específicas en prevención, atención comunitaria, cuidados paliativos, salud mental, gestión de la cronicidad, violencia de género y tantas otras áreas que solo se abordan adecuadamente con la formación especializada.
Permitir que médicos sin esta formación ocupen plazas en Atención Primaria es, en esencia, aceptar una degradación del nivel asistencial que se ofrece a la ciudadanía. Y esto es especialmente grave en un momento en el que los pacientes —cada vez más envejecidos, pluripatológicos y vulnerables— requieren justamente lo contrario: profesionales altamente cualificados y con experiencia en el manejo integral de la complejidad.
La incorporación de médicos sin formación especializada —los llamados R0— no solo pone en riesgo la calidad de la atención, sino que normaliza una cultura del “vale cualquiera” que deteriora la dignidad de la propia profesión médica. Estos profesionales, a menudo recién egresados, se ven obligados a asumir responsabilidades para las que no han sido formados, sin supervisión adecuada, en entornos de alta presión asistencial. Es injusto para ellos, es peligroso para los pacientes y es inadmisible desde el punto de vista ético y legal.
Además, esta política supone un agravio comparativo inaceptable hacia los miles de médicos que han dedicado años a su formación especializada en MFyC y que, a menudo, se ven obligados a emigrar o aceptar contratos precarios mientras otros ocupan sus plazas sin los requisitos exigidos por ley.
La situación en los últimos años se empeora con la contratación continuada de médicos extracomunitarios sin título de especialista en medicina de familia. SAMFyC reconoce y valora el talento y la vocación de muchos médicos extracomunitarios que desean ejercer en nuestro país. Pero la homologación del título de especialista no es un trámite burocrático sin importancia: es una garantía de que ese profesional ha sido evaluado conforme a los estándares del sistema español y europeo. Contratar médicos sin esta homologación no solo es irregular, sino que socava la seguridad jurídica y asistencial del sistema.
La reciente relajación de requisitos para su contratación, bajo la excusa de la necesidad urgente de cubrir vacantes, está abriendo una peligrosa puerta a la informalidad, que puede tener consecuencias graves en términos de responsabilidad médica, seguridad del paciente y equidad en el acceso a la profesión médica.
Entendemos que la administración sanitaria se enfrenta a retos complejos: jubilaciones masivas, falta de relevo generacional, desmotivación profesional, déficit de plazas MIR… Pero la solución no puede ser nunca bajar el listón de la calidad y la seguridad, sino todo lo contrario: fortalecer la formación, hacer atractiva la Atención Primaria, mejorar las condiciones laborales y reconocer el liderazgo del médico de familia dentro del sistema sanitario.
La contratación de profesionales no especializados es una solución miope y peligrosa, que puede provocar un efecto llamada que acentúe la precariedad y la devaluación de la especialidad. En lugar de reforzar el prestigio y la utilidad de la MFyC, se genera el mensaje contrario: que cualquiera puede hacer su trabajo, que no hace falta especializarse, que la Atención Primaria es el último recurso.
Desde SAMFyC reclamamos a la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía y al Servicio Andaluz de Salud (SAS) una rectificación urgente de esta estrategia y la adopción de medidas estructurales que garanticen una Atención Primaria digna, potente y centrada en profesionales especializados.
Proponemos:
-Contratación exclusiva de médicos especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria para plazas de Atención Primaria.
-Aceleración y garantía de procesos de homologación justos y rigurosos para médicos extracomunitarios.
-Mejora sustancial de las condiciones laborales y retributivas para hacer atractiva la especialidad.
-Inversión decidida en infraestructuras, herramientas diagnósticas y tiempo clínico en las consultas.
-Campañas institucionales de revalorización del rol del médico de familia en el sistema sanitario.
No podemos seguir aceptando que se tomen decisiones que minan la calidad asistencial en nombre de la urgencia. La Atención Primaria es la base del sistema sanitario, y el médico de familia, su pilar fundamental. No todo vale. La especialidad en Medicina Familiar y Comunitaria no es un adorno curricular: es la garantía de una atención de calidad, equitativa y segura para toda la población.
Desde SAMFyC seguiremos defendiendo con firmeza el ejercicio de nuestra especialidad y la dignidad de nuestros profesionales, como elemento clave para el presente y el futuro de la sanidad pública andaluza.
- Real Decreto 931/1995, de 9 de junio, por el que se dictan normas en relación con la formación especializada en Medicina Familiar y Comunitaria de los Licenciados en Medicina a partir del 1 de enero de 1995 y se adoptan determinadas medidas complementarias. Disponible en: https://www.boe.es/eli/es/rd/1995/06/09/931/dof/spa/pdf
- Real Decreto 183/2008, de 8 de febrero, por el que se determinan y clasifican las especialidades en Ciencias de la Salud y se desarrollan determinados aspectos del sistema de formación sanitaria especializada. Disponible en: https://www.boe.es/buscar/pdf/2008/BOE-A-2008-3176-consolidado.pdf
- Directiva 86/457/CEE del Consejo de 15 de septiembre de 1986 relativa a una formación específica en medicina general. Disponible en: https://eur-lex.europa.eu/eli/dir/1986/457/oj